No dejes que nadie bese a tu bebé

el 05 Jan 2021 a las 07:51
La ternura y la sensibilidad que despiertan los recién nacidos en los adultos es lo que provoca que la mayoría sienta la tentación irrefrenable de darles un beso. Y esto es algo que muchas madres odian que hagan sus amigos, familiares o conocidos con su bebé.

Las primerizas son las que se suelen mostrar más ariscas en este sentido y previamente advierten que está prohibido que se le dé un ósculo a sus hijos. Sin embargo, a veces, no pueden evitar que alguien lo haga y eso les enfada, molesta y ofende a partes iguales.

Esa actitud maternal puede parecer excesiva e incluso incomprensible, pero no les falta razón. Es cierto que la gente lo hace con la intención de darles cariño a los niños, pero no lo es menos que supone una falta de respeto para los padres que han advertido que «nada de besos al bebé».

Todo eso sin olvidar que, además, besar a los pequeños es antihigiénico. Sí, como lo estás leyendo. Que los adultos les den un beso a los recién nacidos supone que les llenen el rostro de saliva y bacterias, pudiendo provocar que se ponga en peligro su salud, ya que tienen un sistema inmunológico aún débil y se les puede contagiar desde un simple resfriado hasta un herpes labial.

Por ese motivo, hay pediatras que subrayan que lo más adecuado es evitar que los bebés sean besados. Es una medida en pro de su salud y es que con esta no se juega.

Como hemos mencionado, que un adulto con un herpes labial bese a un niño siendo consciente o no de que cuenta con este, supone que se lo va a contagiar. Pero hay que ir más allá. Es decir, hay que conocer que esa infección trae consigo consecuencias muy perjudiciales, incluso mortales en algunos casos, para los bebés:

  • Aparición de ampollas y llagas en la boca y en el contorno de la misma, que pueden resultar dolorosas.

  • Fiebre alta

  • Irritabilidad

  • Deshidratación

  • Infecciones de la piel

  • Fallos en órganos del cuerpo, tales como el hígado o el riñón

Estos son algunos de los síntomas que puede tener un recién nacido que haya sido infectado y que tenga un herpes labial. Sin embargo, no hay que pasar por alto casos de pequeños que, en esa misma circunstancia, han corrido peor suerte y han acabado falleciendo.

Un claro ejemplo es el de Eloise Lampton, una niña australiana que, en el mes de diciembre de 2014, moría a los 24 días después de haber venido al mundo. Lo hizo como consecuencia de que alguien le había contagiado la infección, no se sabe si alguno de los padres o de cualquier otro familiar, por un beso. Y este supuso que comenzara a perder peso y que incluso llegara a ser víctima de un estafilococo, que fue el que definitivamente provocó su muerte.

Ni que decir tiene que también es necesario que todo adulto que tenga un catarro o una gripe no bese al recién nacido y se mantenga lo más lejos posible del mismo. Y es que si no sigue esta medida provocará que el pequeño se vea contagiado por la enfermedad, trayendo consigo que tenga que hacerle frente a síntomas tales como estos:

  • Fiebre

  • Tos

  • Dolores de cabeza

  • Irritación de los ojos

  • Excesiva mucosidad

Todo eso sin pasar por alto que, en ocasiones, se producen complicaciones que se manifiestan en forma de severas infecciones de oído, sinusitis o neumonía.

Por ese motivo, es necesario tomar medidas para que el adulto enfermo no logre contagiar la dolencia al recién nacido. ¿Cuáles? Las que mostramos a continuación:

  • Es fundamental que cuando tosa se ponga el antebrazo tapando su boca. De esta manera, se logrará reducir las posibilidades de contagio.

  • Por supuesto, dentro de lo posible, debe mantenerse alejado del pequeño, como mínimo a la distancia de un metro.

  • Es fundamental que la persona se lave continuamente las manos para eliminar todos los virus que pueda tener alojados en las mismas. Esto es muy importante cumplirlo a rajatabla si, por distintas circunstancias, debe coger al bebé en brazos.

  • Ni que decir tiene que es también necesario que la habitación del recién nacido se airee a diario, para mantenerlo lejos del contagio.

Por estas dos razones esgrimidas en materia de contagio, herpes labial y catarro, es fundamental que se evite que los bebés estén siendo continuamente besados por los adultos. En concreto, los profesionales médicos coinciden en subrayar que esta regla es necesaria cumplirla fundamentalmente durante los tres primeros meses de vida del pequeño, que es cuando su sistema inmunológico es más débil.

Así que ya sabes, piensa en la salud de tu hijo únicamente y deja claro a quien se acerque a su cuna o cochecito que está prohibido besarle. Hazlo con educación y no habrá problema.

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